Huelva, 6 juny 1921

Estimada Carmen.

(…) Ayer domingo cuando fui a echar la carta al correo escribí a tia, toda vez, que no pude ir a pasear por el Guinardó fui a pasear por las afueras de Huelva por estas calles tan blancas y limpias y me divertí, porque vi por mis ojos en la realidad lo que en el teatro había visto algunas veces. Era de “corrida” se lidiaban seis toros por seis novilleros debutantes que toreaban gratis; cuatro eran de Huelva y dos de Sevilla, los cuatro serían seguramente del barrio, donde anduve a parar, habia mucha gente en la calle (abundaba el elemento femenino joven) tocadas a la usanza del pais, veo por una de las calles venir un coche y al detrás muchos chiquillos, las muchachas hacen ademán de pararlo; en esto para frente a mi, y en aquel momento, las más atrevidas suben al coche, con delirio aplauden y echanle flores y dicen requiebros, eran dos toreros, con sus trajes de luces algo mugrientos, que pasaban; eran los futuros ídolos, eran las “maletas”, desaborios y mal ange de hoy. Eran parte de la España, de pandereta; lastima no poder completar la visita de este cuadro, de esta España, penetrando en las casas, donde por sus ventanas salían las notas del ruido de las castañuelas. En algunas poblaciones se admiran muchas instituciones culturales y de trabajo, aquí en esta población tan blanca y limpia se admira su gente alegre y bullanguera y se traga polvo de las enormes “pilas” de mineral. (…)

 Juan

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