Llegamos a la playa junto al gran casino; por las pasarelas de madera que la circundan dirigimos nuestros pasos; a nuestra izquierda, las innumerables casetas de baños, unas de alquiler, otras propiedad de familias (…) a lo menos hay quinientas. Gente poca, algunas demoiselles estiradas en la arena (con traje de baño), grupos jugando al tennis i “c’est tout”.
Joan,
Calais, 28 julio 1923