Londres, ciudad negra, que su negrura fue funesta para nosotros, quien sabe si ella, si esta negrura de la noche del sábado, ha de influir pesarosamente sobre nuestro destino, en el porvenir. Noche fatídica fue. Bajábamos el Tamesis con algo de neblina. A las seis de la tarde noche obscura ya, la niebla fue en aumento y en un momento una aglomeración de barcos, nos encontramos en un mismo sitio. Era una locura, algo tetrico, algo de brujas. Ruido de campanas de barcos fondeados, luces imperceptibles apenas. Pitadas desesperadas por todas partes, ruido de anclas y cadenas que caen al dar fondo y en medio de este ruido enloquecedor, un vapor que avanza hacia nosotros, cuando estuvo cerca dejo caer el ancla, pero no pudo evitar, darnos un a trompada en el casco produciendonos una abolladura. teniamos el práctico abordo. El dijo que al querer maniobrar a otro vapor fue causa de que nos fueramos nosotros sobre del que nos averio. No transcurririan cinco minutos cuando se oyo otro golpe y griterio no muy lejos, producidos por otro barco, que también lo habian abordado. Nada que hubo cuatro abordajes aquella noche que sepamos. Nosotros logramos fondear y viendo que la averia que teniamos no nos privaba poder seguir viaje, cuando aclaró algo la neblina zarpamos y al ir maquina atrás nos fuimos encima de un vapor amarrado al muelle, ocasionándole una averia de consideración, que me parece costará muchas libras esterlinas. Nuestra responsabilidad esta salva, puesto que llevábamos práctico, e ibámos bajo sus órdenes. Si esta averia tiene que pagarla el armador, que será lo más seguro, temo que influya grandemente en nuestro porvenir, y que ante tanta pérdida se canse de barcos y nos mande al barco y a nosotros a paseo..

Juan
Newcastle (Tyne-Dock) 12 Diciembre

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