Después de una magnífica travesia hemos llegado esta mañana temprano a este pueblo de Stugsund que es otra de las maravillas que creó madre Natura. Cuando más puertos recorremos del Báltico, más voy convenciéndome que sus costas y los puertos naturales creados entre medio de islotes pequeños, que cada islote parece un pequeño buque flotando, son únicos en su clase. Habré quedado maravillado de mi paso por este mar.

Joan

Stugsund, 19 octubre 1923

< Carta anterior

Carta posterior >

Comments are closed.