Torpedejats pel submarí­ ‘U-35’

En el viatge de retorn de Jacksonville (EEUU) a Barcelona el mes d’octubre de 1917, embarcat a la bricbarca “Alfredo” -veler de 64 metres-, davant les costes d’Almeria es troben en una situació complicada amb un submarí alemany.

Ell ho descriu en el diari personal de la manera següent:

Día 23- A 8h el viento va calmando, a ver si calma del todo y sopla otro favorable que nos saque ya de aquí [enfront del Cabo de Gata (Almería)]. A 3h de la tarde se oye la detonación de un cañonazo y vemos que a unos 200 metros de la banda de babor del buque se levanta una gran columna de agua, tras de esta otras. Creimos en seguida que se trataba de un submarino que nos daba aviso de parar, así lo hicimos. Cargamos el trinquete y braceamos el mismo aparejo para quedar en facha. Entretanto, los cañonazos se sucedían uno tras de otro, primero a la distancia anunciada, luego más lejos. En vista de que no cesaba, arriamos el bote de la banda de estribor y en el fueron el primer oficial, un agregado y cuatro marineros en demanda del submarino á llevar la documentación. Así que el bote se separó del costado, cruzó una granada de babor a estribor, cayendo en el mar a poca distancia del barco, por lo visto tiraban ya a hacer blanco.

Submarí U-35 al Mediterrà

Submarí U-35 al Mediterrà

En seguida, fuimos a dejar listo el bote de babor y al estar Díaz y yo solos, destrincando la funda nos pasó, rascándonos casi la cabeza, otra granada. En aquel momento nacimos como vulgarmente se dice, ya que fue un milagro que no perdiéramos la vida. Después de esta otra, que entró por el medio y cayó a la proa, al lado del botalón, otra su paso agujereó la gavia alta, otra cayó a la banda de estribor en el preciso momento que estábamos arriando el juanete, esta agujereó el velacho bajo. Otra que fué la última, cayó a babor pero a tan poca distancia que si el barco llega a dar una guiñada cae dentro y nos mata. En vista de que seguían tirando, los marineros que quedaban abordo medio revolucionados, arriaron los juanetes, velachos, gavias y estais. Entonces fue cuando cesó el cañoneo.

A 41/2h vino el submarino que tendría unas 800 ó 1.000 toneladas. No tenía numero, pero por el que se vió en la gorra del segundo comandante, era el U-35, lo llevaba al lado de una águila roja bordada. En la popa tenía la siguiente inscripción 138K y traía el bote nuestro a remolque. El primer oficial venía en la torre, ya que le pidieron palabra de honor de que era verdad lo que había declarado, en caso contrario lo hubieran hecho prisionero. Al llegar al costado subió el segundo comandante a cerciorarse del cargamento. En vista que estaba conforme nos dejaron pasar. Al marcharse sacaron dos fotografías del buque. Estábamos nosotros metidos 6 millas dentro la zona peligrosa y no nos echaron a pique por las siguientes palabras que dijo el comandante textuales: «Dites a tout le monde et au couc, que je vous laisse partir parce que l’Espagne est très bonne amie de l’Allemagne». Dijo que hasta los 36°04 de Latitud N. tenía orden de echar a todos los barcos que encontrase. Nosotros estaríamos a 60 millas de la costa española del cabo Gata. Cuando se fueron preguntó el comandante si habían muerto o herido á alguien y si habían averiado el buque.”

(torna enrera)

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