Sevilla, 22 juny 1922

Estamos en este momento en una situación, que no sabemos el verdadero dia de salida. Falta poca carga pero como que la entregan por contagostas aun ignoramos si podremos salir el 24, o bien tendremos que esperar el lunes. Desde Sevilla a Hartlepool creo que estaremos ocho dias. Si quieres escribir una carta a este puerto lo haces i sino dirigelas todas a Mr. Briyant-Newcastle.
Sigue el calor insoportable en este Sevilla, casi acabo por tener envidia, a una pobre mujer, que vive a la intemperie, debajo de los espigones. Esto de los espigones son los cargaderos, son unos muelles, de madera, que tendrán cinco o seis metros de ancho, son largos y se internan en el rio por debajo es como un puente; pues debajo en su cuarto como dice ella, vive esta mujer, por lecho las hierbas, por compañía las lagartijas y las ratas. Forman su familia, una criatura quizás de la edad de la Nuria y un perro. Ropa no tiene más que la puesta, alimentación la que le dan los barcos que vienen a cargar mineral. La criatura es una niña rubia y hermosa, y sana, la mayor parte del dia recibe los rayos del sol en su cuerpecito, desnudo. Esta mujer no debe tener nunca ni frio ni calor por esto digo que la envidio. Ha resuelto el problema de la vida. Cuenta, de ella y lo creo por haberlo oido por diversos conductos que un dia, vendió a un capitán, de un vapor inglés, que vino a cargar mineral, un hijo, más guapo, más hermoso e inteligente, que el que ahora tiene, y el inglés para su tierra se lo llevó, y sabes por que precio. Pues por la cuantiosa fortuna de seis reales, que duraron lo que tardó en pillar una borrachera. He llegado a pensar si es una desequilibrada o bien es completamente feliz: sin tener ningun pensamiento que la torture. Es una vida de anacoreta ¿Qué te parece?

Juan

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