Sevilla, 18 juny 1922

Quizás el Corpus puede servir para nuestro objetivo aunque no sea mucho puesto que llegamos a ver la procesión cuando ya habia acabado. En este pais es costumbre hacerla por la mañana, salió de la Catedral, a las ocho, y cuando llegamos, a las once y media, no vimos más que el desfile de la tropa, cosa que no le doy mucha importancia, y por lo tanto pasaré por alto, pues a mi todo lo que huele a tropa me repugna.
Como quiera que entramos, a la Catedral, vimos expuesta la Custodia, un trabajo hermosisimo, de plateria, su construcción tiene, algun parecido con la Giralda se emplearan en ella 500 Kgs. de plata. Una baranda que va, de columna a columna, que sirve para cerrar el marco, donde, queda expuesta y en cuyo sitio se situan las autoridades y los bancos, de madera lagrada y adamascados, pintados color rosado, donde se sientan dichas autoridades, situados en este mismo sitio, solamente los sacan por esta festividad y costaran 200.000 ptas. Siguiendo por la Catedral fuimos hasta la capilla, de San Fernando, que tiene culto independiente de la Catedral. Esta capilla la hizo construir este Santo con anterioridad a la basílica. En ella hay la urna donde se conservan sus restos y los de su esposa Isabel. En la parte alta de la reja, que cierra la capilla, ni más ni menos que la de Cristo de Lepanto, pero mucho mayor; pues en dicha parte hay un grupo escultórico, al parecer, de bronce, que representa El Rey Moro entregando las llaves de Sevilla a los reyes Católicos. En el sitio, que hoy se levanta la Catedral, en tiempo de los moros hubo una Mezquita la cual hizo derribar el rey católico, no dejando más que una parte, que ahora la están restaurando, y la torre de la Giralda, que en aquel entonces era una Minarete. No era tan alta como es, ahora, ha sufrido dos transformaciones. Su nombre de Giralda deriva de una especie de veleta que tiene a lo alto de la torre y que gira. Como ya dije, el rey, en lugar, de la Mezquita, hizo construir, aquella capilla y después du hijo Alfonso el Sabio, hizo construir la catedral. Me remito, a lo que dijo el guia, como, quiera que no estoy muy fuerte en historia ignoro si estos eran padre e hijo. Dicho edificio es en su genero el mayor de España, aun mas, que el de Toledo. No entiendo en arte arquitectónico, pero a mi modo de ver interiormente me gusta más, la de Barcelona y Valencia. Después subimos a la Giralda. Se paga un real de entrada. Es una torre cuadrada, en lugar de escalas hat 34 rampas para subir. Hay también unas pequeñas viviendas, donde vice gente, y entre el olor, de comida de estas habitaciones y el mal olor de orines, que algunos guasones, dejaron en las esquinas, que forman los angulos llegamos ariba, en el departamento, de campanas, no sin antes pasar por un colomar lleno de pichones, y desde alli se divisa toda Sevilla. Mañana continuaré. El sueño me rinde y tengo el ojo, que me duele algo. Ya me levanté, de dormir, quizás más tarde de lo que creia. Son las siete y, ayer, me acoste, a las nueve, no dormí 20 h seguidas como dices tu pero si 10 las suficientes para descansar y para que me pasara el dolor del ojo, después de un baño, de agua borica. Como te decia desde la Giralda se ve la masa compacta, de casas, que forman la población sin distinguir el trazado de una sola calle. Esto si es bonito porque parece una ciudad mora, con sus casas bajas y casi toas blancas. Junto a la Catedral, el palacio del obispo, en cuya plaza que forma a la entrada, de él hay un monumento nuevo dedicado a la Purisima Concepción. Mirando, a otro lado El palacio, del Archivo de Indias y el Alcazar de los Reyes, El Guadalquivir con su famosa e inacabable corta de Tablada, o se un canal, que estan haciendo para desviar el rio, quitandole una de las muchas vueltas, que tiene. Se ve también la plaza, de toros de la Real Maestranza, el puente de Triana, y a la otra banda, del rio dicho barrio cuna de los Gallos y de todos los toreros habidos y por haber.
Después de ver esto fuimos al Alcazar, a la entrada hay colgada en la pared una pequeña capilla con una virgen, no sé cual, ante la que se postró y oró Cristóbal Colon antes de partir para Palos. En el interior del Palacio no pudimos entrar porque era temprano. Después confundidos entre la multitud, que regresaba, a sus casas, fuimos por la calle de la Sierpes, a paseo. Ya te puedes imaginar lo que es una calle llena de, gente, el elemento femenino vistiendo, sus galas, de dia de fiesta. Cuando ya todo el mundo hubo desfilado tomamos el tranvía de circunvalación y dimos la vuelta, a Sevilla, regresando, abordo casi a la hora de comer.
(…)
Cada vez que levanto la cabeza, veo a través, de la ventanilla, ondear la bandera de las cuatro barras. Ya ves como propagamos el catalanismo.
(…)
Es tarde y todavía tengo que afeitarme y lavarme la cara para ir, a misa, a la Catedral, asi es, que por hoy pondré final, con la convicción, de que quedarás satisfecha con tanta lata, que te doy, y que tu corresponderás pues tienes tiempo de contestar esta carta, en caso contrario ya te mandaria un telefonema.
Juan

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