alta mar, 7 de juliol de 1917

Estuvimos aguantandonos al redorso del monte de Gibraltar dos dias y medio esperando que el Poniente cesara, por fin el dia 30 Junio a las 4h tarde lo embocamos. Telegrafiamos al semáforo de Tarifa, para que dieran cuenta de nuestro paso, a Barcelona. En resumidas cuentas, tardamos de la Ciudad Condal al Atlantico 13 dias. Entramos en el oceano con buen tiempo y este por ahora sigue acompañandonos. El viento tambien nos es lo mas favorable posible, el lunes caminabamos a diez millas por hora, es decir, lo que anda un vapor, correo, los dias siguientes de ocho a seis, según las horas del dia. A este paso, creo yo que esta noche estaremos a la altura de las Canarias y de alli a los aliseos, que como soplen un poco duros, será facil que la travesia de ida sea más corta de lo que creía.

Durante la noche del dia 4, observamos un eclipse total de luna, fenomeno que satisfizo nuestra curiosidad, porque ademas de la novedad que en si encierra, son generalmente muy raros.

En la hora que escribo esto, un dia despues de haber empezado la carta, estamos ya en plena region de los aliseos (brisas), el cariz del cielo nos lo indica bien: nubes pequeñas, forma de algodón en rama, que se ciernen sobre el horizonte y que van agrandandose poco a poco hasta convertirse en nubarrones negros que obligan a prestarles atención para ponerse en salvaguardia, toda vez que traen malas consecuencias.

Siguen las brisas soplando duro igual que el viento que a ellas nos llevó. El barco camina mucho, hasta el extremo, que pondriamos en gran aprieto al vapor que quisiera seguirnos. No hemos podido hacer la prueba porque desde el ultimo convoy ingles que vimos en el estrecho con luces apagadas y dos mas al dia siguiente, hemos ido en los restantes sin ninguna compañía.

Ayer se despidieron de nosotros las ultimas gaviotas que procederian seguramente de las islas canarias, ya que estabamos a 60 millas de distancia de la de Sta. Cruz de las Palmas. Esto prueba que hemos abandonado el mundo terrestre y entramos en el matítimo por el anuncio de infinidad de peces voladores blancos, que traen consigo la pesca de atunes y dorados. Hoy pescamos uno de estos, aunque chiquito, por lo tanto en el almuerzo tendremos pescado fresco.

Tendreis seguramente mucho calor vosotros por ahí, nosotros ni siquiera lo vemos asomarse, en cambio tenemos noches de mucho frio. (…)

Juan
En la mar, en 7 de julio de 1917, en la Lat. 28º 05’ N y Long. 22º 02’ W Green.

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