alta mar, novembre 1920

En mi primera y única carta que te dirigí desde Buenos Aires, te decia que haria los posibles, para poder embarcar en el Infanta Isabel hoy, ya en pleno Atlántico te escribo desde la Biblioteca, de esta soberbia nave, mientras el resto del pasage come y el sexteto de abordo, toca dulcemente la música de “Las Golondrinas”. Qué diferencia esta navegación a la otra. Los salones presentan hoy, que el tiempo es bueno, un aspecto delicioso a juzgar por las bellas señoras y señoritas, ataviadas con lujosos vestidos de colores, vaporosos y variados como corresponde a dias de calor. La animación y alegria cunde por todas partes y más parece un Palacio encantado que un buque que surca este mar bravio que no ha mucho tiempo nos hizo pasar angustias. Pero no obstante esto, tengo ganas de ver ya nuestro estimado monte de Montjuich y penetrar en aquell muelle. (…)

Espinás Font

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