Constantinoble, 21 desembre 1919

Hoy después de almorzar he ido con tio Floro y Jaime Canaval a la iglesia católica italiana que hay en esta capital a oir misa de las once y media. Dicha iglesia es nueva, de gran lujo, está dedicada a San Antonio. Aquella misa que hemos oido debia ser la que asiste la flor y nata. Entró situandose a la delantera la tropa o mejor dicho las tripulaciones de los barcos de guerra italianos, los oficiales y los oficiales de los barcos americanos lucian su garboso uniforme tratando quizás de cautivar la atención de las bellas y elegantes mujeres que asistian al santo sacrificio. He notado dos cosas que me han producido buen efecto. La primera es que para decir el sermón no se interrumpe la misa cosa que considero muy práctica, un capellán ha dicho el sermon pero la verdad no se en que lengua la ha dicho para que todo el mundo lo comprendiese, pues alli estabamos congregados españoles, italianos, franceses, americanos, escoceses, ingleses, turcos, etc.etc. Lo que supongo que ni aún los del país de la lengua hablada, entendieran una palabra; hablaba tan deprisa, que parecia que una corriente eléctrica lo empujaba, y hacia con la cabeza y las manos tan cómicos ademanes que daban ganas de reir. La segunda es que la gente solo se arrodilla en el momento de la elevación, el demás rato lo pasan sentado o de pie.

A la salida de la misa, multitud de gente se situó a la plazoleta viendo el desfile. Este acto se ve que debe ser de ritual en las iglesias de moda de todos los paises.

Paseando hemos llegado hasta el cementerio católico a visitar la tumba del hermano de la criada de la Sra. Hemos hablado con el capellán, un viejo venerable y muy francote que hace cuarenta años que ocupa dicha plaza, pasamos a su despacho y estuvimos hablando más de una hora con él, un joven y una mujer joven, que he supuesto seria una sobrina, hable con ella, en francés y me dijo que era nacida en Bayona y tenia unos primos en Barcelona en la calle o puerta del Ángel. En resumidas cuentas pasamos un dia admirable.

Mañana creo que empezamos a descargar después no se sabe a donde iremos (…).

Juan
Constantinopla 21 Diciembre 1919

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